Come again

Una joya del siglo 16.




Come again:
Sweet love doth now invite,
Thy graces that refrain,
To do me due delight,
To see, to hear, to touch, to kiss, to die
With thee again in sweetest sympathy.

Come again
That I may cease to mourn,
Through thy unkind disdain:
For now left and forlorn,
I sit, I sigh, I weep, I faint, I die
In deadly pain and endless misery.

All the day
The sun that lends me shine,
By frowns do cause me pine,
And feeds me with delay,
Her smiles my springs, that make my joys to grow.
Her frowns the Winters of my woe.

All the night
My sleeps are full of dreams,
My eyes are full of streams.
My heart takes no delight…


(John Dowland, First Booke of Songes, 1597, no. 17)
Songs from the labyrinth
Music by John Dowland
Performed by Sting and Edin Karamazov

El azar



El azar es un espléndido artista

José Jiménez Lozano


Verdad provisional



La verdad no está
en el punto medio

vive en la periferia
al borde de la contradicción

donde el amor intenso
lucha con la ira

donde la razón hace
pulso con la locura

Aforismos cabalísticos





El alma no se asusta, se asusta el ego.


Nuestro verdadero problema es no tener certezas de nuestra verdadera naturaleza.


Recibir es consecuencia del dar y para poder dar se requiere que alguien quiera recibir.


La luz directa, sin resistencia, lleva al chispazo, luego al cortocircuito y finalmente a la oscuridad.

Nulla dies sine linea

Borradores y borradores
lo mismo una y otra vez
el mismo vuelo rasante

circular

sobre la tierra baldía
buscando la serpiente
temiendo encontrarla

Recordar, recordar y no olvidar




Y aquel que recuerde más
su infancia será el vencedor

Yehuda Amijái



Quién podría negar que la existencia
no es más que unos instantes desollados
imágenes, destellos en secuencia
luz de aquellos ojos recobrados

Descienden sobre mi esos recuerdos
que un día te llevaste sin derecho
tu mano acariciaba mis cabellos
presagiando mi muerte en este lecho

Hoy vuelvo mi mirada a aquel espanto
camino del castillo hallé la sombra
recobro la verdad que fue negada

la piedra seca que extraña tu llanto
que al encontrar el mío ya recobra
huella leve que dejó tu pisada

Memento Mori

Que el verso sea como una llave
que abra mil puertas

Vicente Huidobro



Usted lo dice Maestro
y se le hace caso
-escribimos-
aparecen las ramitas
se asoman los pétalos
atacan las espinas
pero creemos
-cómo no hacerlo-
cerramos los ojos
lamemos la herida
escupimos a escondidas
negra sangre

Detrás de una palabra
salta el cerrojo
la madera cruje
-nos asomamos-
sale un viento rancio
y es más que noche

Por las ramas



Helena de ¿Troya?


Ante un personaje complejo siempre existe la tentación de optar por el análisis superficial, sujeto a los hechos, anecdótico. Pero si apreciamos el juicio de Goethe, como uno de los escritores más eruditos de Occidente, no podemos atribuir al capricho, sino a una conclusión meditada, las palabras que coloca en boca de Helena en el acto tercero de la segunda parte de Fausto : No aumentes la turbación de mis sentidos, que aun ahora mismo ignoro quién soy. Nos enfrentamos, repito, aun personaje complejo.

El relato de Goethe, en el cual Helena aparece como un personaje trágico que atrae por su aplomo y lucidez más que por su belleza, es un contrapunteo dramático que no da tregua al lector hasta la sorprendente aparición de Fausto. Helena confiesa a Fausto, cuando este trae a su presencia al distraído vigía Linceo, el carácter trágico de su condición:


No debo castigar el mal que yo he causado. ¡Fatal destino el mío, que me obliga a turbar el corazón del hombre, que con sólo verme hasta de sí propio se olvida y de todo prescinde! Los semidioses, los héroes, los dioses y los mismos demonios, no han parado hasta envolverme con sus raptos, sus seducciones y sus combates, en las más densas tinieblas.

Descubrimos aquí a una Helena que carga con su belleza como con un sino fatal que, no sólo ha traído la desgracia a sus admiradores, sino también a ella misma. Goethe introduce referencias a los principales episodios de Helena en la literatura. Voy a utilizar estas referencias como guía de mi exposición, deteniéndome antes en una breve reseña de su genealogía.

Helena era reconocida como hija de Zeus, quien adoptando la forma de cisne, poseyó a Leda. Esta puso dos huevos de los que nacieron Cástor, Pólux, Clitemestra y Helena. Hay muchas variantes en la historia que hablan de un solo huevo fruto de la unión de Zeus y Némesis, encontrado por un pastor y llevado a Leda. En estas versiones Clitemestra nace en forma natural. Afrodita, cuando trata de convencer a Paris de la belleza de Helena, dice que el haber nacido de un huevo de cisne le ha otorgado una tez bella y delicada. Su padre mortal fue Tindáreo, esposo de Leda y rey de Esparta.

Cuando Helena tenía 10 años fue raptada por Teseo, con la ayuda de Pirítoo. Cástor y Pólux la rescataron. De este suceso, no registrado por Homero, no surge información que considere relevante para el análisis de Helena, salvo el hecho de que su belleza comenzó a generar, a muy corta edad, deseos irrefrenables.

Del rapto, o huída, de Helena con Paris, se han ocupado diversos autores. La versión homérica presentada en la Ilíada , muy propicia para la épica, muestra a Helena raptada por Paris y llevada a Troya, en donde permanece hasta la victoria aquea. Pero existen múltiples versiones que divergen de forma importante en el camino que siguió Helena desde su salida de Esparta hasta su reunión con Menelao.

Eurípides en Troyanas presenta a Helena consciente de su falta, confesando a Menelao que en efecto huyó con Paris, abandonando a su hija y esposo, víctima del destino que le impuso Afrodita. Se refiere aquí al juicio de belleza que Paris hace en el monte Gárgaro y en donde este elige a Afrodita como la más bella, generando la ira de Atenea y Hera. Helena, con una capacidad dialéctica impresionante, le hace ver a Menelao que su unión con Paris ha beneficiado a Grecia, al evitar el destino adverso que hubiera supuesto el triunfo de Atenea o Hera. Agrega que su ira debería estar dirigida a Afrodita y no a ella . Menelao queda desarmado ante estos argumentos.

Otras versiones exponen que, tras la salida de Paris y Helena de Esparta, vientos desfavorables los llevaron a Egipto. Desde allí, parte de las versiones indican que permanecieron un tiempo antes de dirigirse definitivamente a Troya y otras que el rey Proteo, indignado por la historia del rapto, retuvo a Helena junto al botín que la acompañaba y ordenó a Paris que partiera. Esta última versión es extensamente documentada por Heródoto , quien opina que Helena nunca llegó a Troya y que Menelao, al regreso de la destrucción de Troya por creerla allí, la recobró de manos de Proteo. Heródoto monta su argumento en su confianza en el buen juicio que se impondría en Paris y Príamo, quienes no someterían a Troya a un sufrimiento por causa de la retención de Helena. No obstante, versiones como la homérica y la de Virgilio en la Eneida dejan entrever que Héctor y Príamo acogieron a Helena pues entendían que la guerra había sido provocada por los dioses y era inevitable:


No eches la culpa a la beldad odiosa de esa lacedemonia hija de Tindáreo, ni el crimen es de Paris…¡Son los dioses, los inclementes dioses los que arrasan esta opulencia, y desde su alta cumbre han derribado a Troya!

Helena, o quizás debamos decir “la belleza”, nuevamente se presenta como vehículo de los dioses para cumplir sus caprichos. Otros textos indican que Helena permaneció en Egipto y que fue un “fantasma”, que Hera había formado con nubes, quien acompañó a Paris a Troya. Estas versiones fantasmales unen a Helena incluso con Aquiles. Goethe combina todos estos elementos de forma fascinante en el diálogo al que ya hicimos referencia al inicio de estos comentarios entre Helena y Forquias. En dicho diálogo podemos apreciar la degradación psíquica de Helena:


Forquias.- Pero mientras tu esposo iba a conquistar la herencia de Creta, se presentó un huésped en tu soledad, huésped de sin igual hermosura.
Helena.- ¿Por qué recordarme aquellos tiempos de semiviudez, que tantos males causaron?
[…]
F.- Tesoros que tú abandonaste por no salir de los muros de Ilión y por continuar entregada a los dulces transportes del amor…
H.- No recuerdes aquellos goces, que, por sentirme unida a ellos, la intensidad de un sufrimiento atroz inundó mi corazón y mi alma.
F.- Dícese que te apareciste entonces cual duplicado fantasma, puesto que se te vio a la vez en Ilión y Egipto.
H.- No aumentes la turbación de mis sentidos, que aun ahora mismo ignoro quién soy.
F.- Se dice que al verse libre del imperio de las sombras, fue Aquiles a unirse contigo, por haberte amado siempre.
H.- Siendo yo un fantasma, me uní con él, que también lo era; era aquello un sueño, me desmayé, sin que a mi vez haya sido desde entonces más que un fantasma.

Qué diferente esto del "Happy end" del matrimonio real espartano, que recibe a Telémaco en el canto IV de la Odisea .

Hemos tocado superficialmente algunos aspectos de un personaje muy complejo, que podemos ver como encarnación de la belleza, víctima-victimaria, realidad-espectro; destinada, tal como leemos en el poema “Helena” de Alejandro Oliveros, a ser usada como carnada por los dioses para atraer las voluntades de los hombres.:


[…] y de nuevo habré de ser seducida y raptada,
no sé por quién ni cuándo, pero sé que será así,
por todos los siglos de los siglos. Amen.

Paréntesis noticioso

Mis amigos y compañeros de grupo Néstor y Vicente bautizan sus libros en Monte Ávila y, de paso, responden a la original pregunta ¿Por qué, dónde y con qué escribe usted?



Vicente Lira: Habitar el papel

Los dioses del Sur
de Vicente Lira

¿Por qué?

Escribir es un juego fantasioso que se me hace costumbre y necesidad. Una forma de evadirme y de encontrarme con mis “yo suicidas” para permitirles morir mientras permanezco. Una forma de encontrar los amores perdidos, de luchar, de ganar, de perder; en fin, de vivir.

¿Dónde?

En la quinta la Estancia , después de almorzar y antes de comenzar a trabajar, frente al televisor, entre comerciales, o hasta el amanecer, los fines de semana.

¿Con qué escribe usted?

En computadora. Es lo más práctico que pueda existir para escribir y corregir, aunque después lo imprimo, leo, y hago las correcciones sobre la hoja impresa, con un lápiz.



Néstor Rojas: Puertos de ficción

Seducidos
por las letras
de Néstor Rojas

Escribo porque busco un legado intelectual. Mis motivaciones comienzan con un deseo vital de llenar páginas con el trabajo de la imaginación, de hilar historias que estimulen a los lectores a imaginar y que hagan creer que cosas maravillosas ocurren dentro de un relato pero que también pudieran suceder en la vida real. Escribo además para escaparme a ratos de mi forma de vida (soy periodista), que me hace esclavo de los hechos. En mis relatos puedo refugiarme en una dimensión dominada por la ficción. Acostumbro escribir en una silla cómoda y en una mesa de estudio iluminada. Nunca uso borradores de papel porque trabajo borradores directamente en computadora.

Arritmia




En la trágica Grecia estuve
paseando con Helena mientras
aprendía a leer sus ojos
flotando en el inmenso ponto
abismo-espejo brillante
de la mano de Goethe entro
al siglo XXI y caigo en
esta tarde con estruendo
de aviones y marchas militares
las máscaras no amplifican
las botas no avanzan -retrocenden-
no relucen y nos callamos
o hablamos de literatura que es
acaso lo mismo y bebemos

Camino bordenando el río que
iluminado ocultaba lo corrupto
pero las luces ya cesaron y es
una muestra de pudor o quizá
otra coincidencia con la
luna que se oculta el
mar que se ha retirado y
no quiere tocar la costa
se llevó el aire y no se oye
nada ni el silencio trato
de seguir el compas 4-2-7
pero me pierdo y busco el
puerto monto el bajel regreso
a Esparta con los fantasmas

Simetrías y anacronismos II

Hemos especulado acerca de la similitud entre reflejo y la sombra. Alejandro Oliveros los iguala en su poema "El cuerpo y su reflejo":

En la noche de las estrellas
más blancas, es un espejo
nuestro cuerpo. En la oscuridad
más honda, en el silencio
marcado de los ruiseñores,
vemos el reflejo alejarse
del impaciente azogue
mientras se dispone
a caminar a nuestro lado.
No siempre es el mismo.
En ocasiones parece
más joven, un muchacho
apenas, sin barba ni bigote,
sin hijos ni trabajo.
Aun así, es la compañía
preferida del cuerpo. Hablan
como viejos amigos
se expresan en cualquier
idioma. Saben las mismas
cosas y recuerdan los mismos
días. Incluso sus amores
no son distintos. Se diría
que los han compartido. No hay
lugar para los celos entre ellos.
Mi reflejo sólo se entiende
con mi cuerpo. A mí
no me habla ni me considera.
En la noche de las estrellas
más blancas sólo hay espacio
para ellos.



Alejandro Oliveros
Poemas del cuerpo y otros

Simetrías y anacronismos



Eleonora nos enseña que toda simetría es turbia.

Qué parecido es el reflejo a la sombra

Surgen bajo circunstancias especiales
con la complicidad de los elementos

Habitan un tiempo ajeno
oblicuo, desplazado

Pero el reflejo aterra
y la sombra acompaña

Hace frío


¿Yo, retroceder ante ti, espectro flamígero?
Si: soy Fausto, soy Fausto, tu igual.

Fausto
J. W. Goethe


El clima
es una buena excusa
para hablar
de cosas importantes


Quisiera
que pararas de escribir
y me dijeras
sin fórmulas retóricas


(Sin rodeos
aquí el clima no existe)


¿Por qué vienes a incomodar a las almas?