Las páginas viejas son como las fotografías de hace tiempo. Si son propias, al verlas de nuevo se siente una curiosa extrañeza. De alguna manera ahí está uno, pero uno no es uno exactamente.
No lo somos. Pero sí la suma de todo lo que nos ha contenido en el trayecto. Me emociona esta imagen. Me emociona como mamá, como hija, como fotógrafo. No somos exactamente, pero a pesar de las diferencias que el tiempo y la vida dejan en nuestra corteza hay gestos inalterables. He visto esa expresión en ti. Pero verla tan temprana, en tu corteza frágil aún, pero dada a ser árbol, a ser ramas... no puedo más que dejarme a la contemplación. Es el mismo rostro, José.
Un abrazo para ti, para tu papá y para tu abuelo (allí, en ese instante, en esa imagen, en ese año, en ese parque).
1 comentario:
No lo somos. Pero sí la suma de todo lo que nos ha contenido en el trayecto. Me emociona esta imagen. Me emociona como mamá, como hija, como fotógrafo. No somos exactamente, pero a pesar de las diferencias que el tiempo y la vida dejan en nuestra corteza hay gestos inalterables. He visto esa expresión en ti. Pero verla tan temprana, en tu corteza frágil aún, pero dada a ser árbol, a ser ramas... no puedo más que dejarme a la contemplación. Es el mismo rostro, José.
Un abrazo para ti, para tu papá y para tu abuelo (allí, en ese instante, en esa imagen, en ese año, en ese parque).
Qué maravilla.
L
Publicar un comentario