Un Mapplethorpe bien iluminado

Iba a escribir un artículo sobre mi experiencia en la más reciente visita al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, en la que tuve que iluminar con mi celular algunas fotografías para que mis alumnos las pudieran apenas vislumbrar.

Iba a escribir que en una sala que compartían Warhol, Mapplethorpe y Sigala faltaban 6 de 9 bombillos y que el vigilante, luego de hacer la finta de regañarme por usar la luz del celular, nos confesó que se sentía profundamente apenado por "la situación".

Iba a escribir todo eso, con lujo de detalles, desde hace ya algunas semanas. Pero no logro empezar el artículo, me da fastidio. Confieso, a decir verdad sin nada de pena, que me cansé de señalar tanta incultura, demagogia y vulgaridad.

Prefiero mirar a otro lado y proponerles que vean ustedes a otro lado, por ejemplo, al espléndido retrato que Robert Mapplethorpe le hizo a Patti Smith.




Moría Mapplethorpe y Patti escribía “¿Por qué no puedo escribir algo que resucite a los muertos? Ese es mi afán más hondo”.

Y yo lo iluminaba con mi celular, pretendía elevar mi voz de protesta. Acaso mostrar una foto suya era suficiente.

Elipsis

Autoretrato, 1979. (con mi recién comprada Nikon EM)


Consigo la copia original de esta imagen, en papel Agfa, pierdo la esperanza de encontrar el negativo, que como muchos otros habrá quedado en medio de esos residuos que vamos dejando de mudanza en mudanza.

Hoy conversé por Skype con una compañera de bachillerato que no veía desde el año de esta foto, inició la conversación diciendo "tu cara es la misma".

Era de noche, la luz de dos farolas se colaba por las ventanas de la sala, yo jugaba a controlar la larga exposición. Hacer fotos era un delicioso juego.

Pero, como en la foto, en pocos años mi imagen se fue diluyendo, confundiendo con el fondo, moliendo en el engranaje. Las imágenes se fueron acumulando en mi, ahora lo sé, como una bola de nieve, una bomba de tiempo, que finalmente estalló.

Recuperar esa sensación lúdica del autoretrato de 1979 me tomó 30 años.

Una larga elipsis, acaso dos vidas.