Elizabeth Schön: aprender a escuchar

La noche en que se presentó Luz Oval Elizabeth casi no habló. Más allá de sus palabras reproducidas en video y de ese libro tan lúcido, me quedé con su abrazo, su beso y sus ojos eternos como el mar.

Esa noche Armando Rojas Guardia hizo una presentación de una lucidez sobrecogedora. Le pedí el manuscrito, ofreciéndome a trascribirlo. Uno debe siempre escuchar a sus instintos (¿alma?). Pasé dos noches trascribiendo y corrigiendo, a través del teléfono con Armando, el texto que luego se publicaría en el Papel Literario. Hoy me siento agradecido.

Noches más tarde de esa de Luz Oval estábamos en El Hatillo en una lectura de poemas de Armando. Allí leyó, como siempre lo hace, su "Mística del árbol":

Los árboles son sacramentos de la paz.
Ellos me enseñan el arte difícil del sosiego,
firme en su aplomo vertical
frente al viento y al látigo incontable de la lluvia.
Su tranquilidad está transida de silencio
[...]


Al regresar de El Hatillo Victoria de Stefano me comentaba que para su obra el árbol también era esencial y recordaba a un compañero furtivo de caminatas por el Parque del Este, un chino, que le enseñó a abrazar a los árboles.

Hoy sentí caer tristes hojas de las ramas de mi corazón, cuando finalmente todo esto se reveló, se conectó. Llegué temprano a la UCV y antes de mi clase me fui a una esquina de la "tierra de nadie" a abrazar a un árbol, como lo hice aquella noche de Luz Oval.




La flor deja que el mundo hable...
Elizabeth Schön

Tempus tacendi

El diafragma se va cerrando poco a poco
es el fin de la película
comienza el tiempo de callar
acaso nunca debió interrumpirse



¡Estoy harto de este blog estúpido!




Pedazos de alma
regados como polen
caen sobre oídos
que alimentan un equívoco
un consejo idiota
un simulacro

blindajes de tela
escudos de música
soledades públicas
asco tras asco

he perdido las voces que me guiaban
aquellas de las que huía
en la frontera del juicio

-lucidez embriagante
plenitud del sinsentido -

aborrezco este orden antiséptico
que deja fuera todo
lo que me importa

Fire and Ice


Unos dicen que el mundo acabará en llamas;

otros dicen que terminará congelado.
Por lo que yo he probado del deseo
estoy con los que favorecen a las llamas.
Pero si tengo que morir dos veces,
pienso que sé suficiente del odio
para saber que
a la hora de destruir
el hielo es igualmente bueno
y sería suficiente.





Robert Frost
Fire and Ice
Traducción José M. Ramírez