Oceano


Siento que poco a poco
el mar me está domesticando

Se acerca suavemente para
acariciarme con su espuma
y me envuelve
apretando mis tobillos

Avanzo y pateo soberbio
y los golpes en mi pecho
me recuerdan
el otro lado de la metáfora

6 comentarios:

Ruth Hernández Boscán dijo...

mojo mis pies, especialmente esta noche...

hermoso poema

te abrazo

Clavel Rangel dijo...

José, mil veces el contacto. De verdad.

Elka María dijo...

El mar me intimida en cierta forma,
soy de montaña y neblina,
me encantó tu poema.

Saluditos.

un tordo dijo...

-un tritón se escucha desde el pleamar,
saludos desde mi orilla.

Unknown dijo...

Hacía tiempo que no te leía y tampoco había vistos tus últimas fotos...
Tu poema me recordó un caballo que no le gustaba caminar cerca de la orilla de la playa, no le gustaba que las olas lo mojaran demasiado, al parecer se asustaba. Cierta vez intenté domesticarlo y que se acostumbrara al mar, pero fue inútil... Hay fuerzas, momentos, metáforas, secretos,hay vidas que se resisten y persisten en ser ellas mismas y nada puede cambiarlas.
La imagen del tronco me recordó una historia más antigua, pero algo dramática, como esas historias de momentos que nunca se cuentan y se quedan en privado, siempre dentro de nosotros.
un beso José, espero que sigas con tus fotos de Catia

Unknown dijo...

José, según el ejercicio que me pediste que hiciera, te puedo decir que hay algo extraño que me impide ante esta imagen dibujar libremente, el corazón se me oprime levemente y me cuesta expresar lo sentido, pero igual la mente es muy poderosa y la imaginación es capaz de volar pues no conoce de prisiones.
Como nota te digo que -hay cosas que no podré dibujar porque se encuentran y suceden fuera del marco de la escena, del encuadre- éstas solo podré contarlas.
Ante esta imagen dibujaría un niño de espaldas en un primer plano antes del tronco, parece que se dirige al mar con un pequeño tobo que iba a limpiar,su cabeza está girada mirando con sorpresa hacia el lado izquierdo de la foto, hacia la arena que no puede verse. Dibujaría su pala de juguete que se la está llevando la corriente. El niño iba a enterrar a una gaviota muerta que encontró en la orilla de la playa. Dibujaría también una soga atada del extremo superior del tronco, está soga está tensa y sostiene a un caballo que está en el lado izquierdo de la imagen, de éste solo puede verse su rostro alterado y una de sus patas delanteras al aire. El caballo está exitado, el niño mira hacia ese lado izquierdo, la marea se va llevando su pala. Dibujaría un cadáver del cual se ve más el brazo en la parte donde las pequeñas olas revientan. El niño ya lo había visto o sentido, el niño pensó que quizás era el cuerpo de un pirata, de un asesino y le pareció que estaba relacionado con la muerte de la gaviota, pensó que sólo había sido su imaginación pero se retiraba sin darle la espalda cuando sintió a su caballo relinchar, volteó hacia el lado de la playa, de la arena y ahí quedó congelada la imagen.

Podría borrar todos los elementos e intentar dibujar nuevamente.
En éste caso, dibujaría un niño, de espalda al mar y levemente inclinado hacia la arena dibujando con un palo largo, su mirada está clavada en la arena en su dibujo, por lo tanto yo dibujaría su dibujo que es el rostro de una mujer a la cual le ha colocado algunos detalles con conchas marinas, en el cabello colocó algunas algas y cuando hacía un corazón para enmarcarla, el rastro de la ola limpió casi toda su imagen. En el tronco dibujaría una pequeña familia de caracoles. Al fondo quizás un barco muy lejano. También dibujaría igualmente su tobo y su pala que la marea igualmente se estaría llevando. Arrastrando así toda la historia, todo lo sucedido.El mar siempre se lleva todo consigo hacia su profundo lado.

No es fácil dibujar sobre esta imagen, por eso ésta dice más con ese tronco ahí en el mar.
un beso,
C.