A look into the future


«Photographs open doors into the past but
they also allow a look into the future»

Sally Mann

Acaso no para de llover



 
(...)

la noche está clara
          -después de la lluvia.
Y mi amor está desperdigado...

(...)

Hay luces, sí
cantos
profundos cantos
hay la humedad
la lluvia que llueve desde dentro como mi llanto
de lo profundo y lo hondo
llueve, llueve.



(fragmentos de El poema de Hanni Ossott)


 

Los Beatles en iTunes o ¿Money can’t buy me love?



Ayer, 16 de Noviembre de 2010, se anunció que una parte importante del catálogo de Los Beatles estará disponible para descarga a través de iTunes; Steve Jobs lo anunció con un mediático comentario “It’s a long and winding road”, la página de Apple Computers se vistió de Beatle y a mi se me hace difícil contener la indignación. Todo este anuncio, todo este “arreglo”, me sabe a “post”, no sé si “postmodernidad”, o acaso “postdignidad”, no sé, pero sabe a “post”. Que Los Beatles estén en iTunes es una desgracia.

Cuando Apple Records llegó a un acuerdo y le permitió a Apple Computers usar ese nombre, y luego usar el logo de manera compartida, una de las condiciones era que Apple Computers no incursionara nunca en el negocio de la música. Cuando, luego de algunos años, Apple dio a conocer su servicio iTunes, Steve Jobs dijo que ellos no estaban en el mercado de la música, que lo que distribuían era información, bytes, que ciertos aparatos, como el iPod, interpretaban como música.

A muchos devotos (siempre he dicho que Apple Computers no tiene clientes sino seguidores, devotos) les pareció graciosa la respuesta de Jobs, ¡ese tipo es un genio! Los abogados de Apple Records, luego de ver como los tribunales aceptaban el tecnicismo de Steve Jobs, declararon que Los Beatles, a modo de protesta ética, no iban a permitir que su catálogo estuviera en iTunes. Y así fue por años.

Esa era una muestra de dignidad, una postura que recordaba a diario que las trampas no se deben tolerar, que el juego de Apple Computers, con excelentes productos pero con una perversa estrategia de mercado, era peor que cualquiera de las maniobras que tanto habían condenado de Microsoft. En retrospectiva, Bill Gates terminó siendo el chico bueno y Steve Jobs el perverso, despótico, genio del mercado.

A Paul, Ringo y a los herederos de John y George les parece bien el acuerdo. Ringo incluso, siempre tan cool, agregó que de esta forma ya no lo fastidiaban tanto preguntándole por qué no estaban en iTunes.

¿Está mal mantener unos principios a ultranza? ¿Ceder, a favor de un mercado, es lo razonable? ¿Descargarse Come together por US$ 1,29, Abbey Road por US$ 12,99 o el set completo de 13 albumes por US$ 149 es soberbio, maravilloso? ¿Le hacía falta a Los Beatles estar en iTunes? ¿Acaso a Yoko ya no le cuadraban las cuentas? ¿Esto se hubiera dado estando John vivo? No hay respuesta que satisfaga mi desconcierto de fanático. “Inevitable” es un adjetivo que no me satisface. Esta será “A Hard day’s night”.

Susan vino esta tarde

(Susan vino esta tarde. La encontré sentada en la terraza. Miraba absorta al Ávila, con una leve sonrisa. Sus manos reposaban sobre la última página del diario y sus lentes cruzaban diagonalmente una fotografía de sucesos. Me senté a su lado y, sin mirarme, comenzó a hablar, suavemente).

A nosotros los escritores nos inquietan las palabras. Las palabras significan. las palabras apuntan. Son flechas. Flechas clavadas en la piel áspera de la realidad. Pueden llegar a saturarse de mal olor.

¿Qué queremos decir, por ejemplo, con la palabra "paz"? ¿Queremos decir ausencia de conflicto? ¿Queremos decir un olvido? ¿Queremos decir perdón? ¿O queremos decir un profundo hastío, un agotamiento, un vaciamiento del rencor?

Me parece que la mayoría de las personas quieren decir "victoria" con paz. La victoria de su bando. Eso es lo que "paz" significa para ellas, mientras que para los otros significa derrota.

¿Y que queremos decir con "honor"? El honor como un criterio riguroso de conducta privada parece corresponder a una época remota. Pero la costumbre de conferir honores sigue incólume. Conferir un honor es declarar un criterio que se cree compartido. Aceptar un honor es creer, por un momento, que es merecido.

(...)

Pero lo importante no es lo que un escritor dice, sino lo que un escritor es. Como señaló una vez Roland Barthes : "Quien habla no es quien escribe, y quien escribe no es quien es". Y, por supuesto, sostengo opiniones, opiniones políticas, algunas de ellas formadas con base en la lectura y la discusión, y la reflexión, pero no en la experiencia directa.

(...)

Lo que los escritores hacen debería liberarnos, sacudirnos. Recordarnos que podríamos aspirar, siquiera, a ser diferentes, y mejores, de lo que somos. Recordarnos que podemos cambiar.

Y qué entiendo por la palabra "perfección". No intentaré explicarlo, sino que más bien diré que la Perfección me hace reír. Con alegría.



 Susan Sontag. ©2010 José Ramírez

Monóculo visor



Miro por el "monóculo visor" derecho
al norte el Mar Caribe
-el ojo izquierdo llora solo-


lápiz nuevo
se alcanza ver un trazo
y tú sigues repitiéndome
adónde, adónde, adónde


S/T

Desde hace unos días una mariposa enorme, marrón, me persigue. Estoy en el estudio y de repente entra y se detiene en el techo. Me coloco en el sofá de lectura y se posa sobre la lámpara de pie. Siento que me observa, inmutable, pero su mensaje no me llega.