(Publicado originalmente en Analitica.com)
- ¿Crees en el destino, Neo?
- No.
- ¿Por qué no?
- No me gusta la idea de no ser yo el que controla mi vida.
Diálogo de Morpheus y Neo en “The Matrix”
Estamos perplejos, paralizados, como si nos hubieran transportado a un mundo en que las reglas de la física no fuesen válidas y no supiésemos como movernos. ¿Cuál es la realidad? ¿Esta situación de relativización exacerbada, el culto del “sí pero no”; o el pasado, ya lejano, en el que las reglas, aunque no siempre respetadas, eran la norma?
Nos empeñamos en jugar ajedrez contra quienes sólo saben jugar bolas criollas. Cualquier “jaque” se resuelve con un “boche” y observamos con estupor las piezas del tablero rodando por la cancha. La tentación de la barbarie es muy fuerte; pero, ¿estamos dispuestos a entregarnos al caos o preferimos seguir con la anestesia de la razón?
¿Existe alternativa? ¿Twiteamos o marchamos? ¿Nos refugiamos en la incoherencia de notas como esta o buscamos la manera de no pensar?
Todo se ha vuelto tan irreal que, en la UCV, nos acostumbramos a caminar entre ruinas y suspirar ante el espejismo del patrimonio de la humanidad. Edificios, jardines, senderos, con la belleza de la acrópolis: complete usted en su mente las piezas que falten.
Acaso este entrenamiento diario nos ha permitido caminar sonrientes entre las otras ruinas, mirar al Ávila (que ya no es Ávila) y seguir hablando de la belleza, del arte, soñar.
Asistimos a reuniones en las que nos informan que en la Gaceta oficial salió publicada la nueva “Ley” orgánica de “equis” y el decreto con rango de “Ley” de “ye”. Nos dividimos los artículos, subrayamos las ideas principales, hacemos cuadros sinópticos y, ¡ajá!, descubrimos 32 inconsistencias, 25 contradicciones y 8 vacíos: “jaque”.
Y en la UCV, la casa que vence la sombra, se convoca a sesiones de estudio de la nueva “Ley”, en las que se analizarán los “aspectos positivos y negativos” y se definirán estrategias para adaptarnos al nuevo estado de cosas.
Buscamos desesperadamente la serenidad de la razón, pero en secreto apretamos los dientes (de eso se trata la “resistencia”) esperando el próximo boche.
A veces pienso que los legisladores deben estar igual de perplejos que nosotros, al ver que nos tomamos en serio su “Ley”. Acaso les generará suspicacia esos foros para analizar un texto que ni ellos se han leído. Ellos saben que levantar la mano es lo correcto, para qué leer una “Ley” si al final la única, la verdadera “Ley” se resume en la máxima “bocha la verde y gana la roja”.
¿Píldora azul o píldora roja? Creernos la “Ley” o entender que no hay “Ley” y, por lo tanto, tampoco hay trampa.