Me resulta difícil asociar el término efímero a la fotografía, al menos con una connotación material. Una fotografía que se convierte en imagen trasciende lo material y, por lo tanto, escapa a toda ley física. Una fotografía digital o en película, soberbiamente preservada puede convertirse, por razón de su falla en establecer esa conexión inexplicable con el espectador, en efímera; a pesar de que secretamente repose en un archivo, luchando con las leyes de la física, lista para ser observada una y otra vez.
El que un salón de arte como el Aragua otorgue un premio a una fotografía estenopeica es un hecho notable. Más allá de que el método de registro es fiel a la tradición, imprescindible para muchos, de la "copia única", la fotografía estenopeica elude esa necesidad de la reproducción fidedigna a través de la utilización (para mi casi una declaración de principios) de un mecanismo de percepción "imperfecto",más alejado acaso de la verdad pero mucho más cercano a la realidad.
Fotografía de Maria Antonieta Pérez-Boza, ganadora del premio "Jorge Chacón" en el 36 Salón de arte de Aragua.
¿Dónde habitan las imágenes? Esta pregunta me ronda permanentemente; se me hace casi insoportable cada vez que recorro el archivo audiovisual de la Biblioteca Nacional: tantas fotografías como libros, esperando, como diría Borges, a su lector.
¿Dónde habitan imágenes como las de Marianto?, no lo sé a ciencia cierta, pero definitivamente no es en el efímero papel.
2 comentarios:
José querido,
especialmente, de manera muy particular en esta imagen, fui instrumento detrás de otro instrumento...
con mucha fuerza, "me fue dada".
las imágenes, "nos son dadas" desde otro lugar, acaso, desde lo invisible...
gracias amigo...infinitas...
marianto
Maravilloso texto José. Tanto en el Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional, como en otros tantos archivos fotográficos, hay imágenes que pueden impactar una vida entera. Abrazo Maestro y gracias por haber contribuido a la memoria.
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