El arte no soporta las paredes, tampoco soporta posturas rígidas,
se escapa si aquello que lo alberga no desaparece ante los ojos,
si no es cómplice del conjuro.
Todo esto es verdad para el arte, pero sobre todo para el arte moderno.
Por eso no es inconcebible un ventanal en el que la ciudad se convierta en "la obra",
o un balcón en que los visitantes se convierten en "la obra".
Podemos caminar como suspendidos para entrar en cubos misteriosos
u ofrecer nuestro sueño como obra.
P.D: Había un rollo a color en el maletín y lo monté en el MoMa. No entiendo el color, trato de componer con sombras y formas, no con colores, por eso considero que el color en estas fotos, más que accidental, es incidental.
5 comentarios:
pues la noche es larga señor...
dos besos
me gustan tus fotos José. Y de paso, que envidia el paseíto por NY.
¡Me sorprendes José! Primera vez que visito este blog y encuentro estas maravillas que me colocan en una situación difícil, porque eres tan buen poeta como fotógrafo.Como soy curiosa ,revisé el archivo y otra vez ¡sorpresa! encontré rostros conocidos. Termino este post con una trillada afirmación: "que pequeño es el mundo"
Saludos.
Ybelisse.
¿Viste la exposición de Leufert en la Sala Mendoza? Los listonados son eso: el marco de la obra convertido en la obra misma. Me encantaron tus fotos. Poeta en Nueva York. Besos,
mc
Me encantan las fotos...y como observas el museo móvil.
Saluditos
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