Mapa de nuestro mar





Del silencio de ayer quedó entreabierta
la salida hacia el mar que te he guardado,
donde duerme en el golfo no encontrado
la península nunca descubierta.

Un mar al pie de su amargura muerta,
de faro, de luna y sol desalumbrado;
agua de fuego en el acantilado,
sumergida pasión junto a tu puerta.

Viaje de ardida nave y playas solas,
singladura de sed que así me pierdes,
racha de ti que así me desarbolas,

mar de los mares que mi casco muerdes...
Un mar para tu amor, un mar sin olas,
un mar que hicimos de silencios verdes...


Mapa de nuestro mar
Andrés Eloy Blanco

Fotografía callejera

Este es Bruce Gilden, un maestro de la fotografía callejera en plena acción.





No me imagino en Catia haciendo fotos de esta forma, pero el problema debe ser mio: ¿qué diferencia puede haber entre la Av. Sucre y la 42th street?

Posando



Si queremos conservar el derecho de hacer fotografías, debemos admitir que los sujetos tienen derecho a posar y, por lo tanto, una injerencia decisiva sobre la forma en que serán vistos. La naturalidad en el retrato es una ilusión.
 

Retratos vegetales






Mística del árbol


Los árboles son sacramentos de la paz.
Ellos me enseñan el arte difícil del sosiego,
firme en su aplomo vertical
frente al viento y al látigo incontable de la lluvia.
Su tranquilidad está transida de silencio
pues las hojas, como labios, sólo invitan
a contemplar otra flora escondida e interior
que no se puede describir con las palabras.
Ellas hablan al alma, no al oído.
El tallo, paciente, se revela siempre ascensional
por efecto de la atracción religiosa de la luz
que lo ha elevado, a través de los años,
hacia el cielo; éste parece pesar sobre sus ramas
para darnos la exacta sensación
de estar ante un frondoso
receptáculo sagrado. La calma del árbol ilumina.
No es casual que, bajo su sombra, Buda
haya recibido el rayo austero
de la verdad situada tras el tráfago
de las cosas goteando idéntico dolor:
la última quietud, incontaminable,
cuyo signo en la tierra son los árboles,
serenísimos rastros a seguir
del santo ocio de Dios al contemplarlos
como perfecto reposo de sus ojos.


El árbol es siempre vespertino
aun si lo alumbra una matutina esplendidez:
su esbelta, ensimismada arquitectura
sólo encuentra marco preciso
en el crepúsculo, cuando la paz,
ya madurada, expande copas
donde pernoctan los pájaros, callando.


Armando Rojas Guardia

El mundo de la imagen





Ristras de "Sobre la fotografía" de Susan Sontag - Parte VI




La nueva era de la incredulidad fortaleció el sometimiento a las imágenes. El crédito que ya no podía darse a las realidades entendidas en forma de imágenes se daba ahora a realidades tenidas por imágenes, ilusiones[…] Nuestra era no prefiere imágenes a cosas reales por perversidad sino en parte como reacción a los modos en que la noción de lo real se ha complicado y debilitado progresivamente.

La fotografía como evidencia.

Si bien muchas personas de los países no industrializados todavía sienten aprensión cuando las fotografían porque intuyen una suerte de intrusión, un acto de irreverencia, un saqueo sublimado de su personalidad o cultura, la gente de los países industrializados procuran hacerse fotografiar porque sienten que son imágenes, que las fotografías les confieren realidad.

Fotografías como fuentes de realidad.

Como unos binoculares cuyos extremos pueden confundirse, la cámara vuelve íntimas y cercanas las cosas exóticas, y pequeñas, abstractas, extrañas y lejanas las cosas familiares.

¡Exacto!

La fotografía en cuanto arte y la fotografía en cuanto documento. Pero ambas son extensiones lógicas de lo que significa la fotografía: la anotación, en potencia, de cuanto hay en el mundo, desde todos los ángulos posibles.

Acaso una definición de fotografía.

Evangelios fotográficos



Ristras de "Sobre la fotografía" de Susan Sontag - Parte V



Hoy día nada es más aceptable que el reciclado fotográfico de la realidad. Aceptable como actividad cotidiana y como rama del arte refinado.

Los blogs son un reducto de reciclaje fotográfico, no como arte. Los collages fotográficos y las intervenciones de fotografías son cada vez menos comunes o menos evidentes.

Se ha interpretado la acción de fotografiar de dos maneras del todo diferentes: ya como un acto de conocimiento lúcido y preciso, de inteligencia consciente, o bien como manera de encuentro preintelectual, intuitivo[…] “Una fotografía no es un accidente, es un concepto – insiste Ansel Adams -. La fotografía estilo ametralladora, o sea la obtención de muchos negativos con la esperanza de que uno sea bueno, es letal para los resultados serios”[…] Pese a estas reticencias, casi todos los fotógrafos han tenido – con razón – una confianza casi supersticiosa en el accidente afortunado.

La fotografía como conocimiento es reemplazada por la fotografía como… fotografía.

Para Ansel Adams “una gran fotografía” tiene que ser “una expresión cabal de lo que se siente en el sentido más profundo sobre lo que se está fotografiando y es, por lo tanto, una expresión auténtica de lo que el individuo siente sobre la vida en su totalidad”.

¿Cuántos se anotan?

La fotografía suministra un sistema único de revelaciones: que nos muestra la realidad como no la habíamos visto antes[…] Lo que en verdad implica el programa del realismo en la fotografía es la creencia de que la realidad está oculta[…] lo familiar se volverá misterioso gracias al uso sensible de la cámara[…] “Las fotografías tienen para mí una realidad que la gente no tiene – ha declarado Avedon -. Por medio de la fotografía las conozco”[…] Las fotografías muestran realidades que ya existen, aunque sólo la cámara puede desvelarlas.

Más que surrealismo parece el descubrimiento de otra realidad.

La fotografía es edificante: retiene y mejora nuestros poderes de observación[…] la fotografía crea o expande ocho modalidades de la visión: la abstracta, la exacta, la rápida, la lenta, la intensificada, la penetrativa, la simultánea y la distorsionada.

Fotógrafo como suerte de observador ideal.

En general los fotógrafos se creen obligados a afirmar la inocencia de la fotografía, aduciendo que la actitud depredadora es incompatible con una buena imagen y esperando que un vocablo más enfático les dé la razón[…] Adams insiste además en que no hablemos de “tomar” sino de “hacer” fotografías.

“Hacer” fotografías.

Pero a medida que las cámaras se hacen más refinadas, más automatizadas, más precisas, algunos fotógrafos sienten la tentación de desarmarse o suponer que en verdad no están armados, y prefieren someterse a los límites impuestos por la tecnología de la cámara premoderna: se piensa que una máquina más rudimentaria, de menos potencia, dará resultados más interesantes o expresivos, dejará un margen más amplio para el accidente creativo.

Esto no sólo es cierto en el dilema digital-analógico, sino que corrientes como la tomografía fomentan el uso de cámaras de juguete como vehículos de exploración.

Los fotógrafos parece que necesitan periódicamente resistir sus propios conocimientos para volver a desorientar su actividad.

Esto es necesario en todas las actividades de creación.

Que los productos de la cámara pertenezcan o no “a la categoría de Arte es irrelevante”, escribió Strand en los años veinte; y Molí-Nagy declaró “sin importancia alguna que la fotografía produzca arte o no”[…] Según Henry Peach Robinson, según el cual la fotografía es un arte porque puede mentir[…] Cuando los fotógrafos niegan hoy estar haciendo obras de arte, es porque piensan que están haciendo algo mejor[…]La atención cada vez mayor dedicada a las fotografías es un gran alivio para las sensibilidades agotadas o ansiosas de evadirse de los esfuerzos mentales exigidos por el arte abstracto[…] La fotografía, como el arte pop, tranquiliza a los espectadores asegurándoles que el arte no es difícil; los temas parecen más importantes que el arte[…] Aunque la fotografía genera obras que pueden considerarse arte – precisa de subjetividad, puede mentir, ofrece placer estético -, la fotografía no es en absoluto una disciplina artística.

¿Arte?

En casi todos los usos de la cámara, la función ingenua o descriptiva de la fotografía es cardinal. Pero cuando se las contempla en su nuevo contexto, el museo o la galería, las fotografías dejan de ser “acerca de” su tema del mismo modo directo o primario; se transforman en estudios de las posibilidades de la fotografía. La adopción de la fotografía por parte del museo hace que la fotografía misma parezca problemática en un sentido vivido solamente por unos pocos fotógrafos rigurosos cuya obra consiste precisamente en cuestionar la capacidad de la cámara para aprehender la realidad.

Arte en el proceso más que en el resultado.

En la medida en que nos interesa el tema fotografiado, esperamos que el fotógrafo sea una presencia en extremo discreta[…] todo vestigio de la visión personal de cualquiera que esté detrás de la cámara interfiere en la exigencia fundamental que imponemos a la fotografía: que registre, diagnostique, informe[…] Muchas fotografías publicadas por las mayores figuras parecen obras que podrían haber sido realizadas por cualquier otro profesional capacitado del mismo período. Hace falta un concepto formal o una obsesión temática para que la obra sea fácilmente reconocible[…] En fotografía el tema siempre se impone, y los diferentes temas crean abismos infranqueables entre un período y otro de una obra amplia[…] Para ser legítima como arte, la fotografía debe cultivar la noción de fotógrafo como autor y de que todas las fotografías realizadas por el mismo individuo configuran un corpus.

El tema siempre se impone.

La nueva posición procura liberar a la fotografía como arte de las normas opresivas de la perfección técnica; también liberarla de la belleza. Abre la posibilidad de un gusto global para el que ningún tema (ni su ausencia) o técnica (ni su ausencia) bastaría para descalificar una fotografía[…] (existe una) falta, digamos, de una tradición rica de crítica fotográfica[…] las normas de evaluación estética esgrimidas en la pintura dependen de criterios de autenticidad (y falsedad) y artesanía, y en la fotografía esos criterios son más permisivos o simplemente no existen[…] la relación de un fotógrafo individual con las escuelas de fotografía es harto superficial[…] Un criterio de evaluación que sí comparten la pintura y la fotografía es el de innovación[…] En literatura se puede ser ecléctico hasta determinado punto, pero no puede gustar todo. En fotografía el eclecticismo no tiene límites.

No existe criterio unificado, más allá de la innovación. Existe tradición pero no escuela.

Pues si bien los cuadros o los poemas no mejoran o traen más por el mero envejecimiento, todas las fotografías son interesantes y conmovedoras si tienen años suficientes[…]En la fotografía hay una sucesión de redescubrimientos más rápida que en cualquier otro arte. Ilustrando esa ley del gusto a la que T. S. Eliot dio formulación definitiva y según la cual toda obra nueva de importancia altera necesariamente nuestra percepción de la herencia del pasado, las fotografías nuevas cambian nuestro modo de mirar las fotografías antiguas.

El tiempo y la innovación van moldeando el gusto.

¿Cómo se hace un retrato?


Fotografía de Leonardo Ramírez, de la serie "La memoria"




¿Cómo se hace un retrato?

¿Por qué si dos fotógrafos con la misma cámara, el mismo sujeto, la misma luz y la misma locación disparan salen cosas diferentes?

¿Por qué hay miles de fotos de personas y tan pocos retratos?

La foto que está arriba la hizo mi hijo Leonardo. La historia detrás de la imagen, y del resto de la serie a la que pertenece, me es conocida y más que aclararme me confunde, no porque la imagen no sea coherente, sino porque la imagen funda otra historia: es un comienzo no un final, es un retrato no una ilustración, es poesía.

Una persona, una pared blanca, una luz, nada "especial". Del otro lado de la cámara un muchacho que supo mirar, que se ocupó y le importó mirar, e hizo click. Eso lo hace fotógrafo y hace de esta imagen un retrato.

El heroismo de la visión




Ristras de "Sobre la fotografía" de Susan Sontag - Parte IV


“En mi opinión –declaró Zola-, no se puede declarar que se ha visto algo en verdad hasta que se lo ha fotografiado”.

La forma definitiva de mirar.

El fotógrafo era tenido por un observador agudo pero imparcial: un escriba, no un poeta. Pero como la gente pronto descubrió que nadie retrata lo mismo de la misma manera, la suposición de que las cámaras procurar una imagen objetiva e impersonal cedió ante el hecho de que las fotografías no sólo evidencian lo que hay sino lo que un individuo ve, no son sólo un registro sino una evaluación del mundo[…] visión activa, adquisitiva, valorativa y gratuita.

Visión personal. Heroísmo de la visión.

El momento oportuno llega cuando se pueden ver las cosas (especialmente lo que todo el mundo ya ha visto) de un modo nuevo.

El momento oportuno, a lo Stieglitz.

En 1909 Stieglitz advierte la innegable influencia de la fotografía en la pintura[…] Los pintores impresionistas se adhieren a un estilo de composición estrictamente fotográfico[…] El pintor construye, el fotógrafo revela. Es decir, ante una fotografía la identificación del tema siempre prevalece en la percepción, cosa que no ocurre necesariamente con la pintura[…] Por lo tanto, las cualidades formales el estilo –meta central de la pintura- a lo sumo tienen importancia secundaria en la fotografía, mientras que siempre tiene fundamental importancia qué es lo fotografiado.

Fotografía e impresionismo. El título añade belleza a la fotografía al revelar el objeto.

Al apropiarse de la tarea de retratar de manera realista, otrora monopolizada por la pintura, la fotografía liberó a la pintura para su gran vocación moderna: la abstracción[…] Y una fotografía jamás puede trascender lo puramente visual, algo que en un sentido es la meta última de la pintura moderna.

La fotografía, más que una amenaza para la pintura, fue su liberadora.

El ethos de la fotografía parece más próximo al de la poesía que al de la pintura moderna. Así como la pintura se ha vuelto cada vez más conceptual, la poesía (desde Apollinaire, Eliot, Pound y William Carlos Williams) se ha definido cada vez más por su interés en lo visual. (“No hay verdad salvo en las cosas”, como declaró Williams) El compromiso de la poesía con la concreción y la autonomía del lenguaje es paralelo al compromiso de la fotografía con la visión pura. Ambas implican una discontinuidad, formas desarticuladas y unidad compensatoria: arrancar a las cosas del contexto (para verlas de una manera nueva), enlazar las cosas elípticamente de acuerdo con las imperiosas aunque a menudo arbitrarias exigencias de la subjetividad.

Fotografía y poesía. Lo visual. Aislar y recomponer.

Pero mientras D. H. Lawrence quería restaurar la totalidad de la apreciación sensoria, el fotógrafo – aun cuando sus pasiones mucho evocan las de Lawrence – insiste en la preeminencia de un sentido: la vista.

Un solo sentido: la vista.

En la primordial tradición fotográfica de lo bello, la belleza requiere el sello de una decisión humana: que esto sirva para una buena fotografía, y que la bella fotografía transmita un mensaje[…] Aunque no han cesado de buscar la belleza, ya no se piensa que la fotografía propicia una revelación psíquica bajo la égida de lo bello.

Lo bello necesario, pero no suficiente.

Las generaciones recientes de fotógrafos prefieren mostrar el desorden, destilar una anécdota casi siempre inquietante, antes de aislar una “forma simplificada” (expresión de Weston) en última instancia tranquilizadora[…] revelar la verdad y no la belleza[…] Para los fotógrafos no hay, en definitiva, diferencia alguna –ninguna ventaja estética importante- entre el esfuerzo por embellecer el mundo y el esfuerzo contrario por arrancarle la máscara.

Caos como estética. Verdad como meta.

Cada fotografía es un mero fragmento, su peso moral y emocional depende de dónde se inserta[…] Con cada fotografía ocurre lo que Wittgenstein argumentaba sobre las palabras: su significado es el uso[…] la fotografía es siempre un objeto en un contexto.

Importancia del contexto.

Las fotografías pueden angustiar, en efecto. Pero la tendencia estetizante de la fotografía es tal que el medio que transmite la angustia termina por neutralizarla[…] Al exponer lo cosificado de los seres humanos, la humanidad de las cosas, la fotografía transforma la realidad en una tautología.

Fotografía como acto humanizador.

Robert Frank se limitaba a ser honrado cuando declaró que “para producir un auténtico documento contemporáneo el impacto visual tendría que ser tan fuerte como para anular la explicación”. Si las fotografías son mensajes, el mensaje es diáfano y misterioso a la vez. “Una fotografía es un secreto acerca de un secreto – observó Arbus- , cuanto más te dice menos sabes”.

Comunicar lo bello es más fácil que comunicar la verdad.

Objetos melancólicos





Ristras de "Sobre la fotografía" de Susan Sontag - Parte III

La fotografía tiene la deslucida reputación de ser la más realista, y por ende la más hacedera, de las artes miméticas. De hecho, es el único arte que ha logrado cumplir con la ostentosa y secular amenaza de una usurpación surrealista de la sensibilidad moderna.

Arte mimético por excelencia.

La actividad fotográfica convencional ha mostrado que una manipulación o dramatización surrealista de lo real es innecesaria, cuando no en efecto redundante. El surrealismo se encuentra en la médula misma de la empresa fotográfica: en la creación misma de un duplicado del mundo, de una realidad de segundo grado, más estrecha pero más dramática que la percibida por la visión natural[…] Lo que vuelve surreal una fotografía es su irrefutable patetismo como mensaje de un tiempo pasado[…] Lo surreal es la distancia que la fotografía impone y franquea: la distancia social y la distancia temporal.

Único arte surreal de origen.

Las fotografías no parecen depender en exceso de las intenciones del artista. Más bien deben su existencia a una cooperación libre (cuasi mágica, cuasi accidental) entre fotógrafo y tema, mediada por una máquina cada vez más simple y automatizada, incansable y que aun caprichosa puede producir un resultado interesante y nunca del todo erróneo.

Poca intención, mucha coincidencia y suerte.

La miseria social ha alentado a los acomodados a hacer fotografías, la más sueva de las depredaciones, con el objeto de documentar una realidad oculta, es decir, una realidad oculta para ellos[…] El fotógrafo es una versión armada del paseante solitario que explora, acecha, cruza el infierno urbano, el caminante voyeurista que descubre en la ciudad un paisaje de extremos voluptuosos[…] Pero en el fondo la cámara transforma a cualquiera en turista de la realidad de otras personas, y a la larga de la propia[…] El fotógrafo saquea y preserva, denuncia y consagra a la vez.

Fotografía como cacería, búsqueda de lo exótico.

Los profesionales y los ricos suelen fotografiarse en interiores sin aditamentos. Hablan por sí mismos. Los obreros y desclasados suelen estar fotografiados en un escenario (a menudo exterior) que los ubica, que habla en su nombre, como si no pudiera suponérseles la personalidad definida que se desarrolla normalmente en las clases media y alta.

Avedon intentó superar esto. ¿Lo logró?

Encontrar bello lo que otros encontraban feo o carente de interés y relevancia: ornamentos, objetos naif o pop, desechos urbanos.

Belleza en lo desechado.

La vida no consiste en detalles significativos, iluminados por un destello, fijados para siempre. La fotografía sí[…] Los fotógrafos, operando dentro de los términos de la sensibilidad surrealista, insinúan la vanidad de intentar siquiera comprender el mundo y en cambio nos proponen que lo coleccionemos.

Coleccionar el mundo, acto surrealista.


Estados unidos visto por fotografías, oscuramente




Ristras de "Sobre la fotografía" de Susan Sontag - Parte II


(Para los fotógrafos aficionados) una fotografía bella es la de algo bello[…] los profesionales ambiciosos se han apartado sin cesar de los temas líricos para explorar concienzudamente un material llano, cursi y aun insulso[…] para Whitman “casa objeto, condición, combinación o proceso precisos exhibe una belleza”[…] Fotografiar es conferir importancia[…] No hay momento más importante que cualquier otro; no hay persona más interesante que otras.

Fotografiar es conferir importancia.

Cada cosa o persona fotografiada se transforma: en una fotografía; y por lo tanto se vuelve equivalente en lo moral a cualquiera otra de sus fotografías.

Fotografía ensalzadora e igualadora.

Buñuel, cuando una vez se le preguntó por qué hacía películas, respondió que era para “mostrar que este no es el mejor de los mundos posibles”. Arbus tomaba fotografías para mostrar algo más simple: que hay otro mundo[…] El fotógrafo selecciona la rareza, la persigue, la encuadra, la procesa, la titula.

Mostrar otro mundo. La humanidad no es “una”.

Arbus[…] tras haber transgredido determinados límites cayó en una emboscada psíquica, víctima de su propia franqueza y curiosidad[…] El suicidio parece garantizar que la obra es sincera, no voyeurista, que es compasiva, no indiferente. El suicidio también parece volver más devastadoras las fotografías, como si demostrara que para ella habían sido peligrosas.

Debe mantenerse un pie de “este lado”.

Toda la cuestión al fotografiar personas es que no se interviene en su vida, sólo se está de visita.