Retratos vegetales






Mística del árbol


Los árboles son sacramentos de la paz.
Ellos me enseñan el arte difícil del sosiego,
firme en su aplomo vertical
frente al viento y al látigo incontable de la lluvia.
Su tranquilidad está transida de silencio
pues las hojas, como labios, sólo invitan
a contemplar otra flora escondida e interior
que no se puede describir con las palabras.
Ellas hablan al alma, no al oído.
El tallo, paciente, se revela siempre ascensional
por efecto de la atracción religiosa de la luz
que lo ha elevado, a través de los años,
hacia el cielo; éste parece pesar sobre sus ramas
para darnos la exacta sensación
de estar ante un frondoso
receptáculo sagrado. La calma del árbol ilumina.
No es casual que, bajo su sombra, Buda
haya recibido el rayo austero
de la verdad situada tras el tráfago
de las cosas goteando idéntico dolor:
la última quietud, incontaminable,
cuyo signo en la tierra son los árboles,
serenísimos rastros a seguir
del santo ocio de Dios al contemplarlos
como perfecto reposo de sus ojos.


El árbol es siempre vespertino
aun si lo alumbra una matutina esplendidez:
su esbelta, ensimismada arquitectura
sólo encuentra marco preciso
en el crepúsculo, cuando la paz,
ya madurada, expande copas
donde pernoctan los pájaros, callando.


Armando Rojas Guardia

3 comentarios:

Verónica Cento dijo...

José:

La fotografía del primer árbol me parece hermosa. Siempre tuve predilección por esa clase de árboles que poseen una raíz gigante, que sobresale en su exterior. Porque tienen formas sus raíces, parecen largos brazos pidiendo auxilio. Algunos son como abrazos retardados e incontenibles.
Te mando un abrazo.

PD: me debés aún unas fotos al mail, te acordás?

Leo Ramírez dijo...

Las fotos son geniales, comparto contigo la identificación con los árboles. Logras ubicarme y desubicarme. El perfecto cielo, el ángulo apropiado, el mejor árbol, se que existe pero no lo encuentro, ni lo busco, solo me lo muestras y superas lo esperado. ¿Que es un árbol sin sus hojas? ¿Que es un tronco sin raíces? Solo tú lo lograste, felicidades papá, espero más árboles por aquí.

Ruth Hernández Boscán dijo...

hermosas fotos

cada vez entiendo más aquello que decía Lacan sobre que la mirada es un objeto...

dos besos